lunes, 28 de noviembre de 2011
Un día de levante
Me conformo con tan poca cosa,
Un pañuelo en mi corazón.
No puedo tener tanta suerte,
Ya no hay remedio, ni vuelva atrás,
Una suerte entre un millón.
Mi alma perdida por fin encontrada.
Algo que me revolotea
Y tu fragancia de nuevo me llena.
Me enamoré de ese hombre
En un día de levante.
En su alma me tiene enganchada
Como un rezón o como un ancla;
Engañando a mi ser convencional
Me manipula, y yo … me dejo llevar
Acordándome toda la noche me tiene,
Pero muy lejos; lejos, pero de nadie.
Y yo estoy de la amargura a la esperanza,
A la realidad tan brillante como soles.
Su imagen de ese día de levante,
Ni en el mejor de mis sueños
Tuve potestad para soñar con ello.
No pudo ser este amor más grande.
Tan cerca, tanta energía me ha dado,
La rebeldía, la anarquía que siempre he anhelado
Para que comprendiera que todavía soy una niña.
Y en mi esencia me ha regalado
El trozo de alma que me faltaba.
Te quiero como eres ahora.
Entre sábanas de blanca seda,
Que siempre estés presente,
Que cada día sea un aprender constante,
Que me enseñes y me sorprendas,
Siempre morir de verdad.
Que cada día te abrace más fuerte,
Que nuestros corazones se mezclen.
Solo quiero,
Y tú lo sabes...
Estar abrazada a ti eternamente...
Un día de levante
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